lunes, 18 de junio de 2007

Carta de Padres de Familia al Patronato de la FUDLA-P

Junio de 2007
Al Patronato de la Fundación
Universidad de las Américas-Puebla

En nuestra calidad de padres de alumnos de la Universidad de las Américas - Puebla (UDLA-P), nos dirigimos a ustedes con el propósito de expresarles enfáticamente nuestro profundo desacuerdo y preocupación ante la situación de descontento que impera en la Institución como consecuencia del establecimiento de una política dirigida a crear miedo, desinformación, falta de diálogo y censura en el desarrollo de las actividades propias de la Universidad.

En primer lugar, nos disgusta el ambiente de miedo y represión que impera actualmente en la UDLA-P. Es inadmisible que nuestros hijos sean tratados de esta forma en su Universidad, y que sientan temor a ser castigados en caso de dar signos públicos de disensión ante los despidos de sus maestros o a las decisiones tomadas por la rectoría. El pasado 17 de mayo, cuando los guardias de seguridad irrumpieron al Departamento de Economía para desalojar a cinco de sus profesores, un grupo de alrededor de 40 estudiantes presenciaron este acto de por sí desagradable e innecesario. Más desagradable aún fue que estos mismos guardias comenzaran a pedir los nombres de nuestros hijos, e incluso los filmaran con una cámara de video cuando ellos se negaron a darles información. Estas tácticas de intimidación son francamente impropias de una institución educativa del prestigio de la UDLA-P. El hecho de que María López negara estos hechos ante los medios de comunicación nos habla muy mal de la calidad moral de la presente administración.

No se trata, lamentablemente, de un incidente aislado dentro de la Universidad. Algo similar le ocurrió a los estudiantes de la Licenciatura de Comunicación que intentaron manifestarse el año pasado en contra de la destitución de su Jefe de Departamento: durante su reunión se les tomaron fotografías que después se utilizaron para acusarlos ante la Comisión
Disciplinaria. Más aún, como reportan también en su misiva los profesores de tiempo completo que han sobrevivido a esta ola de despidos, el Departamento de Economía se encuentra bajo una constante vigilancia de miembros de seguridad que es, simplemente, inédita en esta institución.

También nos permitimos manifestarles nuestra más alta preocupación por el deterioro académico que, a partir de ahora y sin ninguna duda, enfrentarán nuestros hijos en su formación de licenciatura, como consecuencia del despido de gran parte de su personal docente de tiempo completo, mismo que contaba con los más amplios reconocimientos en los campos de la investigación y enseñanza de la economía, a nivel nacional e internacional.

Cuando apoyamos a nuestros hijos a ingresar a la UDLA-P, lo hicimos conscientes del enorme prestigio y de la excelencia académica que ofrecía su Departamento de Economía. No obstante, los recientes despidos constituyen un daño irreparable a la calidad del Departamento, y es también un engaño hacia quienes estamos pagando por un servicio educativo de un nivel que ya no están recibiendo nuestros hijos.

Es por ello que consideramos imperativa la intervención de los miembros del Patronato de la Fundación UDLA-P, con el propósito de que las autoridades justifiquen formalmente el despido de estos profesores. Hasta el día de hoy, las explicaciones han sido confusas. A los profesores despedidos se les ha acusado de "elaborar un plan para que la Universidad sea comprada por alguna entidad extranjera"; sin embargo, no se ha presentado ninguna prueba que confirme lo señalado. Necesitamos que se demuestre fehacientemente el daño que intentaron hacer a la UDLA-P los profesores removidos.

Si, en cambio, la justificación del despido consiste en el intento de crear un órgano académico para generar decisiones colegiadas dentro de la Universidad (como lo han sostenido varios de los profesores despedidos), entonces consideramos que los despidos son absolutamente inadmisibles.

Nos deben ofrecer, además, soluciones de corto y mediano plazo que sean viables y satisfactorias. La idea de ofrecer los cursos con profesores de tiempo parcial en los próximos
semestres actúa, evidentemente, en detrimento de la calidad de la educación de los alumnos ya inscritos. La integración a mediano plazo de una planta docente con la misma calidad a la que acaban de desintegrar resulta, actualmente, poco creíble. Después de todo, ¿no acaban de firmar más de 80 catedráticos de economía una carta en rechazo a las decisiones recientes de la administración? ¿Son ellos candidatos a llenar las plazas que acaban de dejar vacantes? ¿Se espera que estas personas toleren las condiciones laborales actuales que ofrece la Universidad? Si no es así, ¿quiénes son los candidatos entonces?

Nuestro llamado al Patronato consiste de dos partes. En primer lugar, pedimos que revisen a fondo los motivos por los que se destituyeron a estos profesores, y que se señalen a los responsables de estas decisiones. Si las justificaciones son insatisfactorias, pedimos entonces la destitución de estas personas, incluyendo la del Rector Pedro Ángel Palou si es necesario. En segundo lugar, los exhortamos a retomar la idea que ha conducido a la UDLA-P al estado de prestigio y excelencia académica en el que hoy se sitúa, y que lamentablemente se encuentra en peligro. La UDLA-P debe continuar primando el desarrollo del ámbito estrictamente académico, siempre por encima y en total aislamiento de intereses políticos o financieros particulares.

Queremos hacer notar, por último, que la carta está firmada únicamente por padres de alumnos de la UDLA-P. Esto es quizás el reflejo más claro del estado de miedo en que se encuentran los integrantes de esta comunidad universitaria.

En espera de su importante respuesta antes del periodo de reinscripciones para evaluarla y tomar una decisión sobre el futuro académico de nuestros hijos, quedamos a sus apreciables órdenes.

Atentamente,
Padres de alumnos de la UDLA-P

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